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“LA ESTRELLA DE LA NAVIDAD”

“LA ESTRELLA DE LA NAVIDAD”

“Después de esa reunión, los sabios siguieron su camino, y la estrella que habían visto en el oriente los guio hasta Belén. Iba delante de ellos y se detuvo sobre el lugar donde estaba el niño. Cuando vieron la estrella, ¡se llenaron de alegría!”
(Mateo 2:9-10)

El profeta había anunciado que se levantaría una estrella de la cual no se apartaría el cetro, es decir gobierno y autoridad:

“Lo veo a él, pero no aquí ni ahora. Lo percibo, pero lejos, en un futuro distante. Una estrella se levantará de Jacob; un cetro surgirá de Israel”.
(Números 24:17)

Él hablaba de JESUCRISTO el REY DE REYES. Los sabios conocían acerca de las profecías del MESÍAS y ellas les llevaron al lugar de su nacimiento, a Belén. Ellos buscaban una estrella en el cielo y les llevó a encontrar a JESÚS quien es la Estrella brillante de la mañana:

“Yo soy tanto la fuente de David como el heredero de su trono. Yo soy la estrella brillante de la mañana”. (Apocalipsis 22:16)

La historia documentó que la estrella que se avistó en Belén cuando el Mesías nació en verdad existió. Astrónomos aseguran haber visto entre el año 0 y 7 D.C. un fenómeno inédito en el cielo; una estrella con gran luminosidad o un cometa, el cual se mantuvo visible por setenta días.

La Estrella de la Navidad, JESÚS, vino al mundo para llevar luz y esperanza donde hay oscuridad y dolor. Sin importar qué pecado esté cargando una persona o qué tan profundo haya caído, si esta cree de todo corazón que JESÚS le puede y quiere salvar, esta persona obtendrá un nuevo comienzo.

El MESÍAS vino al mundo para que todo aquel que crea en Él le sea concedido vida eterna. Para darles una vida abundante, no a medias. JESUCRISTO pagó el precio de la plenitud de los creyentes de acuerdo a las Escrituras (Isaías 53:4-5). Por lo que el creyente no debe llevar cargas, vivir en aflicción, ser víctima de debilidades, estar encadenado o padecer enfermedades.

JESÚS llegó como una Estrella al mundo para ser luz en los corazones oscurecidos por el pecado. Solo con Él se puede salir de las prisiones creadas por nosotros mismos. En el SALVADOR se encuentra la verdadera paz y amor.

Permite que JESÚS, la Estrella de la Navidad, llene tu corazón de alegría sin importar qué estés viviendo. Y pídele que te conceda lo que anhelas. Él puede y quiere brillar en ti esta Navidad.

Si nunca le has pedido a JESÚS que sea tu SALVADOR, haz esta oración:

“Amado DIOS, creo que JESÚS es tu Hijo, que pagó por mis pecados, murio y resucito, que está vivo, sentado a tu diestra. Perdóname porque he pecado. SEÑOR JESÚS, lávame con tu sangre preciosa, entra en mi corazón y sé el SEÑOR de mi vida. Envía a mí a tu ESPÍRITU SANTO para que me guie en toda verdad y justicia. Sé tu mi Estrella esta Navidad. En el nombre de JESÚS. Amén y Amén.