Close

“CUANDO NOS SENTIMOS OLVIDADOS”

“CUANDO NOS SENTIMOS OLVIDADOS”

“Y el jefe de los coperos no se acordó de José, sino que le olvidó’. (Génesis 40:23)

Tras ser olvidado por el copero, José luchó contra la tentación de impacientarse y ponerse de mal humor. Al ver esto, el Diablo atacó a José con más flechas de fuego. El propio CRISTO sintió esas flechas cuando el Maligno le tentó: “Y vino a él el tentador, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan”.
(Mateo. 4:3)

De la misma manera, el Maligno puede haberle dicho a José: Sigue adelante y continúa tu miserable lucha. Sabes que tus oraciones son inútiles. Clamas a DIOS y crees en ÉL, pero todo para nada. Esperabas que DIOS te librara y te devolviera el honor porque interpretaste el sueño del copero mayor. Pues que DIOS te salve si le apetece.
El Maligno siguió atormentando a José con sus flechas de fuego, incluso cuando José ya estaba débil y magullado.

Cuando las personas fieles son felices y cuando cantan: “El SEÑOR es mi fortaleza y mi cántico”, el Maligno se aleja de ellas. Todos los murmullos y la impaciencia cesan pronto. Cuando los cristianos alaban y agradecen a DIOS, la tentación, el dolor y la incredulidad desaparecen. El cielo se abre de par en par y el infierno se cierra con palabras como estas: Bendeciré al SEÑOR en todo tiempo; Su alabanza estará de continuo en mi boca. Pero en cuanto dejamos de alabar a DIOS, vuelven los pensamientos miserables, tristes y solitarios.

Por ello, que nuestra alabanza sea constante, que nuestro servicio al SEÑOR sea fiel y comprometido y tengamos siempre presente que Él es nuestra fortaleza. Así no habra fuerza, ni situación que pueda derrumbarnos.

Amado SEÑOR, que mi corazón y mi espíritu se mantengan fieles en la tarea de confiar en Ti, seguirte y servirte con fidelidad y disciplina, de forma que el enemigo sea derrotado y brillen siempre Tu luz, Tu amor y Tus bendiciones en mi vida. En el nombre de JESÚS. Amén y Amén.