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“FE Y NO MIEDO”

“FE Y NO MIEDO”

“Moisés respondió: “Va a resultar que ellos no me creerán, ni oirán mi voz. Más bien, dirán: “El Señor no se te ha aparecido.” El Señor dijo: “¿Qué es lo que tienes en la mano?” Y él respondió: “Una vara.” El Señor le dijo: “Tírala al suelo.” Y él tiró la vara al suelo, y esta se hizo una culebra, de la cual Moisés huía. Entonces el Señor le dijo a Moisés: “Extiende tu mano, y toma la culebra por la cola.” Y él extendió la mano y la tomó, y la culebra se volvió una vara en su mano. “Con esto creerán que se te ha aparecido el Señor, el Dios de tus padres, el Dios de Abrahán, Dios de Isaac y Dios de Jacob”.
(Éxodo 4:1-5)

Alguna vez te sentiste intimidado por la opinión que otros pudieran tener de ti? Era muy común en la universidad tener miedo al presentar una exposición y hablar ante un público, o cuando el profesor en clases nos hacia una pregunta, que ante todos debíamos responder. O ya de adultos al sentir los nervios y el temor de la primera entrevista de trabajo. Si compartiste alguna de estas experiencias, o tienes las tuyas, en algún momento enfrentaste la inseguridad de lidiar con la opinión de otros.

Moisés también sintió ese miedo, al pensar sobre la posibilidad de que el pueblo de Israel no creyera en él, ni en el mensaje que traía en nombre del SEÑOR. Su temor, estuvo a punto de alejarlo del gozo de servir a DIOS y de todas las bendiciones que derivan de convertirse  en instrumentos de Su propósito.

Al ser comandado por El SEÑOR a guiar al pueblo de Israel a la tierra prometida la respuesta de Moisés fue: “Va a resultar que ellos no me creerán, ni oirán mi voz. Más bien, dirán: “El Señor no se te ha aparecido”.

Sus dudas empañaron su visión de observar que junto al SEÑOR le esperaría la abundancia y paz de una tierra pensada por Él para sus hijos.

Cuando dejamos que el miedo se convierta en el primer sentimiento que reina en nuestros corazones, puede suceder justo lo que sucedió con Moisés. Podemos limitar nuestra capacidad de recibir las maravillosas bendiciones de DIOS y siendo presas de la duda y la angustia quedarnos paralizados, sin reacción, sin respuesta ante las acciones que el SEÑOR nos llama a realizar en su nombre.

Que no merme tu carácter ante el miedo a fallar, o ante la opinión que otros puedan tener de Ti en un momento dado. El SEÑOR nos llama crecer en determinación y convicción para confiados en Él sortear cada obstáculo. Como dicta la palabra: “Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio”.
(2 Timoteo 1:7)

DIOS tiene un plan maravilloso para tu vida, que día a día con tus acciones debes materializar. No dejes que los sentimientos de desesperanza, detengan esas acciones y te impidan abrirte a la abundancia de la vida en El SEÑOR. Recuerda que en Él todo es posible.

Amado SEÑOR, concédeme el valor para sobreponerme al miedo y la angustia que encuentro en las cosas que se escapan de mi control. Fortalece mi fe para confiar en que ellas están bajo Tu cuidado, de forma que pueda continuar en el camino de abundancia y vida, que tienes planeado para aquellos que Te buscan y Te siguen. En el nombre de JESÚS. Amén y Amén.