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“PROMESAS QUE SE MANTIENEN”

“PROMESAS QUE SE MANTIENEN”

“Abrahán y Sara eran ya viejos y de edad avanzada, y Sara ya no tenía lo que es costumbre en las mujeres. Por eso Sara se rio consigo misma, y dijo: “¿Después de haber envejecido voy a tener placer, si también mi señor ya está viejo?” Pero el Señor le dijo a Abrahán: “¿Por qué se ríe Sara? Ha dicho: “¿Será cierto que voy a dar a luz siendo ya vieja?” ¿Acaso hay para Dios algo que sea difícil? En el momento indicado volveré a ti, y conforme al tiempo de gestación Sara tendrá un hijo”.
(Génesis 18:11-14)

“Yo prometo” todos hemos realizado promesas a otros, y también hemos recibido de personas a nuestro alrededor por lo menos una promesa. Y si hay algo difícil de ellas es que son una especie de “contrato moral” que hacemos con en el que ratificamos  que cumpliremos nuestra palabra.

En la escritura de hoy DIOS  realiza a Sara y Abraham la extraordinaria promesa de que tendrían un hijo. Por la avanzada edad de ambos y fiada en su propia prudencia Sara se rió al creer imposible que eso pasaría. Ante aquella gran muestra de desconfianza y débil fe, el SEÑOR con Su misericordia y sentido de cuidado, optó por responder con Su amor incondicional diciendo: “¿Hay para Dios alguna cosa difícil?”.

De esa manera, recordó a Sara que Su palabra es cumplida, mediante Su poder. No dependía de Sara, ni de su duda momentánea o poca fe, sino de la grandeza del SEÑOR y Su capacidad para determinar y cambiar la naturaleza de las cosas.

Así mas adelante la palabra establece:
“El Señor visitó a Sara y actuó en ella tal y como se lo había prometido. Y Sara concibió y le dio un hijo a Abrahán en su vejez, en el tiempo preciso que Dios le había anunciado”.
(Génesis 21:1-2)

Cuando leemos una promesa del SEÑOR en Su palabra, tengamos por seguro que ella será cumplida porque Él es constante en Su voluntad y perfecto en Sus decisiones. DIOS no es hombre, para que mienta,  Ni hijo de hombre para que se arrepienta.

Cuando la duda haga débil tu fe recuerda: Nada es imposible para DIOS. Cuenta con Sus promesas y confía en Su obra. Una obra de amor, una obra de gozo, una obra de paz para aquellos que le sirven y aceptan con gratitud su voluntad.

Amado SEÑOR, que Tus promesas fortalezcan mi fe, cuando me atrape la duda. Ayúdame a recordar que en Ti nada es imposible y que Tu obra solo da lugar al regocijo, paz y gozo, de todos los que te siguen y creen en Ti. En el nombre de JESÚS. Amén y Amén.