Close

“EL PERDONAR NO TIENE LÍMITE”

“EL PERDONAR NO TIENE LÍMITE”

“Entonces se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete? Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete”. (Mateo 18:21-22)

Es probable que Pedro piense que está siendo dadivoso al decir que perdonaría a un hermano “hasta siete veces” porque la norma rabínica era tres, pero JESÚS lo corrige diciéndole: “hasta setenta veces siete”. Podemos multiplicar y decir son cuatrocientos noventa veces, pero el SEÑOR quiere que entendamos las matemáticas celestiales gravadas en el corazón perdonador. En otras palabras, es perdonar sin límites al hermano, es perdonar siempre, todas las veces que sea necesario.

El perdón es difícil en nuestras fuerzas, tanto recibirlo como darlo, pero el ESPÍRITU de DIOS nos ayuda a perdonar, y también a pedir perdón cuando hemos ofendido. La Biblia dice: “Antes sean benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándose unos a otros, como Dios también los perdonó a ustedes en Cristo”. (Efesios 4:32)

El perdón lo necesitamos todos, y de continuo, porque ofendemos fácilmente a nuestros hermanos, amigos, compañeros, familiares, pues DIOS nos ha perdonado todos nuestros pecados y nos ha restituido a la plena libertad, y sin embargo le seguimos fallando; pero Él dice que: “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad”.
(1 Juan 1:9)

Su perdón está disponible, Él siempre tiene sus brazos abiertos para recibirnos.
Debemos entender que nosotros ya recibimos el inmenso perdón de DIOS y debemos apropiarnos de él, para poder extender el perdón a los demás. Ahora, si aún sientes heridas en el corazón, odios, celos, rencores, tensiones, ofensas, es momento de decidir perdonar, pues esto carcome el cuerpo y el alma y lleva a la enfermedad, pues no hay nada más nocivo que la falta de perdón y la amargura del corazón.
Experimentemos el perdón en nuestra vida y recibiremos sanidad integral.

Amado PADRE hoy te agradecemos porque has perdonado todas nuestras faltas en CRISTO JESÚS, y te rogamos, examínames si hay heridas en el corazón que hacen que albergemos rencor, odio o venganza, pues hoy decidimos perdonar y también tener el valor para pedir perdón a quienes hemos ofendido. En el nombre de JESÚS. Amén y Amén.