“ABRE TU CORAZÓN A JESÚS”
“Una mujer llamada Lidia… estaba oyendo; y el Señor abrió el corazón de ella para que estuviese atenta a lo que Pablo decía”.
(Hechos 16:14)
Cuando nos atrevemos a contar nuestra vida privada a alguien, es porque confiamos totalmente en esa persona: puedo contarle mis sentimientos íntimos, pero esto también significa que estoy dispuesta a escuchar sus consejos y a aceptar su ayuda. JESUCRISTO es digno de que le contemos todo sobre nosotros; Él no nos defraudará.
Si tu todavía dudas, y no reconoces a JESÚS como tu SALVADOR, este es el momento de abrir tu corazón a su infinita gracia. No le ocultes nada, ve a Él tal como eres. Él te dará la paz que necesitas con respecto a tu pasado y esperanzas para el futuro.
Y quienes ya le pertenecemos, a los que Él ha salvado, reservemos momentos para hablar con Él. Dediquemos un tiempo cada día para aprender a conocerle mejor mediante la lectura de su Palabra. Contémosle todo mediante la oración. De este modo podremos crecer “en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo”.
(2 Pedro 3:18).
Pero quizá después de haber recibido el perdón de nuestros pecados por JESUCRISTO, poco a poco hemos dejado de contarle todo. Los momentos que pasamos en la intimidad de su presencia se hacen cada vez más escasos; la puerta de nuestro corazón se cierra poco a poco… Él no nos abandona, pues nos ama demasiado para hacerlo. Escuchemos su llamado:
“He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo”. (Apocalipsis 3:20).
Amado REY, nos llenamos de goza al saber que a pesar de los altibajos de nuestra vida, tu nuestro SEÑOR permaneces fiel y dispuesto a escucharnos. En el nombre de JESÚS. Amén y Amén.