Close

“SALMOS 27:7-11”

“SALMOS 27:7-11”

“Señor, escúchame cuando a ti me dirija; ¡ten compasión de mí, y respóndeme! A mi corazón le pides buscar tu rostro, y yo, Señor, tu rostro busco. Tú eres mi Dios y salvador; ¡No escondas de mí tu rostro! No apartes con enojo a este siervo tuyo, pues siempre has sido mi ayuda. ¡No me dejes ni me desampares! Podrían mi padre y mi madre abandonarme, pero tú, Señor, me recogerás. Por causa de mis adversarios, enséñame, Señor, tu camino y llévame por el camino recto”.
(Salmos 27:7‭-‬11)

DIOS conoce donde estamos en cualquier situación. Salmos 33:13 dice: Desde los cielos miró el Señor; Vio a todos los hijos de los hombres” y de allí lo importante de buscar de Él, más aun el pecado, y no tratar de por temor alejarnos.
No debemos pasar por alto que en la búsqueda, estamos honrando una de las cosas más maravillosas de nuestra relación con el SEÑOR: Él nunca se cansa de velar por nosotros, de perseguirnos; corremos, nos escondemos, pero constantemente DIOS con su misericordia, procura alcanzarnos.

Incluso las personas más cercanas a nuestro alrededor, familiares, amigos, parejas, pueden fallarnos alguna vez, y por error o de manera inconsciente, traicionar de alguna forma nuestra confianza. Somos seres humanos y en nuestra imperfección tenderemos a errar.

No obstante Él SEÑOR nos ofrece otro tipo de relación, una de apoyo mutuo, cuidado y de poner al otro en un lugar de honor en el corazón.
De allí no olvidemos, buscar, seguir y servir con gratitud a CRISTO, honrarlo y glorificarlo, y acercarnos en oración, para así caminar nuevamente junto al SEÑOR, que de forma incondicional, nos ama y cuida en todo momento.

Amado PADRE, obro día a día para servirte con fidelidad y gratitud. En Ti confío mi vida, porque me amaste primero y sin condiciones, y ante cualquier circunstancia me has brindado: Tu misericordia y compasión, si he pecado; Tu serenidad y paz si me ha ganado a la angustia. En el nombre de JESÚS. Amén y Amén.