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“UNA FE GALARDONADA”

“UNA FE GALARDONADA”

“Y llegado a la casa, vinieron a él los ciegos; y Jesús les dijo: ¿Creen que puedo hacer esto? Ellos dijeron: Sí, Señor. Entonces les tocó los ojos, diciendo: Conforme a su fe les sea hecho. Y los ojos de ellos fueron abiertos. Y Jesús les encargó rigurosamente, diciendo: Miren que nadie lo sepa”. (Mateo 9:28-30)

JESÚS acababa de curar a la mujer hemorrágica y de resucitar a la hija de Jairo cuando dos ciegos le siguieron y gritaron: “¡Ten compasión de nosotros, Hijo de David!”. En ese momento, JESÚS llegó a su casa y entró. El ciego se acercó, esperando una señal de su favor, a lo que JESÚS les preguntó si creían que el podía curarlos de su condición. Respondieron rápidamente, “¡Sí, Señor!”. JESÚS inmediatamente les tocó los ojos, diciendo: «Conforme a su fe les sea hecho”.

El resultado fue extraordinario e inmediato: “Y los ojos de ellos fueron abiertos”. La fe segura es el camino a la victoria, porque la fe es la certeza de las cosas que se esperan y la convicción de los hechos que no se ven, la firmeza con que la Palabra nos asegura la sanación de los ciegos conforme a Su fe consolidada, es la afirmación de estas verdades. La fe ve lo invisible, toca lo intangible y se apodera de lo imposible. Todo es posible para el que cree. La fe mueve la mano de quien gobierna el mundo.

La fe desencadena el poder omnipotente de aquel para quien las cosas no son demasiado difíciles. JESÚS no sólo curó a estos dos ciegos, sino que los recompensó con fe. No es fe en la costumbre o por un deber. No es fe en un amuleto espiritual. No es la fe en la confesión positiva, sino la fe en En El SEÑOR. Aquellos que creen en Él, tienen sus oraciones contestadas y sus necesidades satisfechas.

Amado SEÑOR, Abre mi corazón y bríndame el galardón de una fe consolidada en Tu poder infalible y en Tu misericordia inigualable. En el nombre de JESÚS. Amén y Amén.