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“RESPUESTA A LA DIFICULTAD”

“Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse”. (Romanos 8:18)

Cuál es tu primera reacción cuando enfrentas una dificultad? Algunas personas se fatigan buscando una respuesta o bien un escape. Otras se declaran derrotadas considerando que la situación es un caso perdido. Afortunadamente, como cristianos podemos acudir de inmediato al SEÑOR buscando Su guía. De manera que lo que le preguntemos en oración es de mucha importancia.

  1. SEÑOR…qué voy a hacer? A primera vista, esta parece ser la pregunta correcta, pero la es? El problema con esta pregunta es que, a pesar de que estamos buscando la guía del SEÑOR, la atención está puesta en nuestra acción. Eso significa que la manera en que pensamos manejar la situación está limitada por nuestras capacidades, recursos y apreciación.
    Con demasiada frecuencia, nuestras mentes comenzarán a idear planes posibles, y pronto recurrimos a manipulaciones y maniobras intentando solucionar el problema.
  2. SEÑOR…qué vas a hacer? Esta es la pregunta correcta, porque ahora la atención se ha desplazado a la Omnisciencia y a la Omnipotencia del DIOS TODOPODEROSO. Él nos sacará del encierro que nos aprisione, y nos aclarará cualquier situación que nos ofusque. DIOS tiene el poder para realizar Sus planes, que
    a diferencia de nuestras soluciones, son perfectos, y que siempre lo glorifican a Él.
    Para orar correctamente, debemos estar dispuestos a entregar todos nuestros planes en manos de DIOS. Él no solo sabe qué hacer y cómo lograrlo, sino también tiene el poder de abrir un camino a través de cualquier imposibilidad.

Nosotros simplemente debemos confiar en Él y obedecer Sus instrucciones.

Amado SEÑOR, permíteme responder de la manera adecuada, a cada una de las dificultades que encuentre, siguiendo siempre La sabiduría de Tu Palabra. En mis manos pongo todos mis deseos y objetivos, sabiendo que te encuentras conmigo. En el nombre de JESÚS. Amén y Amén.