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“NUESTRO TESORO”

“Confía en el Señor, y practica el bien; así heredarás la tierra y la verdad te guiará. Disfruta de la presencia del Señor, y él te dará lo que de corazón le pidas. Pon tu camino en las manos del Señor; confía en él, y él se encargará de todo”.
(Salmos 37:3-5)

Nuestra manera de ver el tesoro que tenemos es una revelación personal de quiénes somos. La pregunta es: Dónde está nuestro corazón?
No importa cómo hayamos adquirido las cosas que tenemos, ya sea trabajando, invirtiendo o ahorrando, la realidad es que el SEÑOR es el dueño de todo, y nosotros somos simplemente administradores.

Si tenemos una actitud de “mi tesoro es mío”, podemos descubrir, en realidad, que lo que tenemos es mucho menos satisfactorio de lo que esperábamos. En camibo, cuando damos a los necesitados o para el trabajo del reino, estamos transfiriendo de inmediato nuestro tesoro de la Tierra al cielo.

Las bendiciones tangibles del SEÑOR también pueden usarse apropiadamente para ayudarnos a alcanzar los objetivos dados por DIOS, que han sido establecidos por medio de la oración. Por ejemplo, si el SEÑOR te ha bendecido económicamente, y te ha mostrado que Él desea que tu uses tu talento musical para servirle, entonces puedes ser conveniente que compres un instrumento musical.

Cuando andamos en la voluntad de DIOS y llevamos nuestras peticiones a Él, aún los anhelos de nuestro corazón se convierten en buenas maneras de usar nuestro tesoro, porque nuestras preferencias estarán alineadas con los deseos de DIOS para nosotros.

Piensa siempre en el valor eterno de tus objetivos. Lo esencial es que debes confiar a DIOS hasta la última gota de tu tiempo, talento y tesoro.

Amado SEÑOR, ayúdame a aceptar los momentos que guardas para mí, de acuerdo a tus planes y no los míos. Ayúdame a confiar en que el resultado final de cualquier circunstancia, será de bien porque cuento contigo. En el nombre de JESÚS. Amén y Amén.