Close

“CULTIVAR UNA GRAN FÉ”

“Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve”. (Hebreos 11:1)

Algunas personas dicen: “Me gustaría tener gran fe”.  Aunque a la mayoría de nosotros nos gustaría que DIOS dejara caer esa clase de fe en nuestro regazo, esa no es la manera como Él actúa. La fe aumenta como resultado de nuestra obediencia en las cosas pequeñas y de la convicción de confiar en cada momento en el cuidado de Nuestro PADRE. Todos nos maravillamos de la disposición de Abraham de ofrecer a Isaac por mandato del SEÑOR. Pero… alguna vez te has detenido a pensar en todos los pequeños pasos de sumisión que prepararon el camino para esta prueba tan grande?

A lo largo de su vida, Abraham obedeció a DIOS. En el momento que se le pidió que ofreciera a Isaac como un sacrificio, él ya sabía que DIOS sería siempre fiel a sus promesas. Sus experiencias anteriores lo habían enseñado a confiar en Él.

De la misma manera, cada pequeño paso de obediencia que damos solidifica nuestra confianza en DIOS. Después, cuando Él nos desafíe con una tarea más difícil, un firme fundamento de seguridad nos capacitará para confiar en el SEÑOR y obedecerle. Los grandes actos de fe fluyen de nuestra pasada relación con el SEÑOR.

Al desatender sus sencillas órdenes perdemos oportunidades invalorables de ser testigos de Su fidelidad.

Debemos confiar en DIOS y no ignorar esas “pequeñas” e “insignificantes” indicaciones del ESPÍRITU SANTO. El SEÑOR considera importante cada uno de sus mandamientos, y promete premiar cada acto de obediencia, no importa su tamaño. La fe grande comienza con pasos pequeños.

Amado SEÑOR, haz cada día más fuerte y sólida mí en Fe en Ti. Dame la fuerza y el coraje para atender Tu llamado, obedecer Tu propósito y en mi obrar, honrar que me hayas escogido. En el nombre de JESÚS. Amén y Amén.