“LENTO PERO CONSTANTE”
“Levántate y come, porque largo camino te resta. Se levantó, pues, y comió y bebió; y fortalecido con aquella comida caminó cuarenta días y cuarenta noches hasta Horeb, el monte de Dios”.
(1 Reyes 19:5-8)
El mundo en el que vivimos, ha cambiado estrepitosamente. Ha ido evolucionando como envuelto en un gran apuro y ello ha traído consigo una presión extra para mantenerse a su mismo ritmo, siguiéndole el paso, creando en nosotros un sentido de urgencia, que muy probablemente antes no existía.
En CRISTO somos llamados a calmar nuestro paso, a disminuir el ritmo vertiginoso que el mundo actual nos impone, a reservar siempre el tiempo primordial de encuentro con DIOS, en oración y estudio de Su Palabra.
Somos llamados al necesario descanso que nos permitirá refrescar cuerpo, mente y espíritu para respaldar al SEÑOR en su propósito.
Ante la velocidad del día a día, guarda un tiempo para la pausa; recuerda que vivir para DIOS empieza por aprender a descansar en Él.
Amado SEÑOR, gracias por Tu Palabra. Permítenos descansar hoy el cuerpo, la mente y el espíritu en la certeza de que Tus ojos se encuentran observando cada paso que damos y de que Tus brazos nos sostendrán ante cualquier adversidad que podamos enfrentar. En el nombre de JESÚS. Amén y Amén.