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“SÓLIDOS EN NUESTRAS CONVICCIONES”

“¿Tú tienes fe? Tenla para contigo delante de Dios. Dichoso aquel, a quien su conciencia no lo acusa por lo que hace. Pero el que duda acerca de lo que come, ya se ha condenado, porque no lo hace por convicción; y todo lo que no se hace por convicción es pecado”.
(Romanos 14:22‭-‬23)

La persona con convicciones ha sido convencida, ya sea por pruebas o por argumentos, de que sus creencias son verdaderas. Hoy día, la mayoría de las personas prefieren vivir más por preferencias que por convicciones. Deciden creer algo basadas en ciertas condiciones y circunstancias. Cuando la situación cambia, también cambia su lealtad. Es decir, mucha gente vacila en asuntos que requieren determinación firme.

Compara esta débil actitud con el modo de pensar de los grandes hombres y mujeres de la Biblia. A pesar de muchos años de trato injusto, José nunca vaciló en su lealtad a los principios divinos. Como resultado, se encontró en el lugar correcto en el momento adecuado para ocuparse de la supervivencia de Israel. Daniel, otro hombre justo en una tierra idólatra, se ganó la confianza de reyes extranjeros por permanecer firme en sus creencias. Cuando sus amigos Sadrac, Mesac y Abed-nego se negaron también a transigir con sus creencias, influyeron sobre un rey para que reconociera a JEHOVÁ como el único Dios verdadero.

Como lo demuestran estos héroes de la Biblia, las convicciones santas pueden soportar los vientos cambiantes de las opiniones y los argumentos elocuentes de los opositores. Si nos aferramos a la Palabra de DIOS y confiamos en lo que el SEÑOR ha dicho, podemos mantenernos firmes.
En vez de seguir nuestras propias preferencias, decidamos vivir de acuerdo con convicciones santas. La Biblia tiene mucho que decir en cuanto a los aspectos más importantes de la vida. Permitamos que el SEÑOR nos arraigue firmemente en las convicciones bíblicas.

Amado PADRE, que no vivamos por nuestras preferencias personales, sino movidos por el deseo de servirte y por las verdades grandiosas que nos revelas a la luz de Tu palabra. En el nombre de JESÚS. Amén y Amén.